Un pozo de entre tres y seis metros y que contiene los líquidos cloacales está al descubierto esperando que algún conductor caiga en él. Las tapas de registro que existen en cada calle y esquina desde hace tiempo que desaparecen dejando al descubierto una trampa mortal, a pesar de los intentos de señalización por parte de los vecinos: “es cosa de todos los días. Los autos caen al pozo y rompen cubierta, llantas y hay que auxiliarlos”, dijeron molestos los vecinos a LGPLAY.
Los municipios de Tucumán están en alerta por la problemática del robo de tapas de registros que se ubican -por lo general- tres por cuadra: “A nosotros nos están faltando 300 tapas. Por un lado sabemos que es por el robo de las mismas y por otro porque el material, pasado cierto tiempo, deja de funcionar, se rompe y cae dentro de la cámara. El primer problema que genera son los accidentes de tránsito, especialmente con las motos. Con los vehículos también porque se hace difícil sacarlo”, dijo Gustavo Siciliani, director de Obras de la Capital y agregó: “también genera que la basura hace que, por la falta de la tapa, colapse la cloaca y ese líquido que es muy contaminante corra por el asfalto y lo rompa”, expresó sobre el problema ambiental y de salubridad que se genera. “Por días detectamos 20, 30 reclamos por roturas, falta de tapas hundimientos”, agregó el funcionario.
“Hoy no es un problema de los más importantes. Al comienzo de la gestión contabilizamos 30 robos de bocas de registros al mes. Se les empezó a poner una traba y el robo disminuyó a tres o cuatro por mes”, expresó Pablo Macchiarola, secretario de Gobierno de Yerba Buena.
Según los funcionarios la responsabilidad es de la Sociedad Aguas de Tucumán, SAT y del gobierno de la provincia.
Por qué las roban
Las tapas que se roban y pesan 70 kilos se venden en un mercado negro. El precio actual del hierro es de $ 380 por kilo y una tapa usada puede valer desde $ 25.000 a $ 100.000, según datos que pudo recoger LA GACETA. La SAT debe reponer las tapas y lo hace comprándolas al por mayor pero, a veces, debido a la variación del precio del hierro, deben ir comprando por unidad que puede llegar a costar, cada tapa, $ 190.000.
“El robo de bocas de registro es estacional, se da por períodos. Hay días en donde se roban 10 bocas de registro y otros en donde no hay robos. ¿A qué se debe? Lo desconocemos. Sí sabemos que las rompen y venden por kilo por eso comenzamos a cambiar las bocas de registro por otros materiales que no son reutilizables para que no exista su comercialización” explicó Augusto Guraiib, gerente de la SAT.
Las tapas de registro pueden ser de dos materiales: hierro fundido o hierro dúctil: “el fundido tiene comercialización y el otro no puede reutilizarse por eso las estamos reemplazando a todas las que desaparecen por las de hierro dúctil porque desalienta el robo. A veces sucede que quien las roba desconoce el material y solo se entera que no es reutilizable cuando la intenta vender”, aseguró el funcionario.
Debajo de las tapas de registros se encuentra un pozo de residuos cloacales con gases que son altamente tóxicos. Si alguna persona se cayera dentro puede morir intoxicado con los gases de aguas cloacales.
Alerta por el cobre
“Lo que nos preocupa más hoy es el robo de los cables de cobre. Un equipo de bombeo que brinda agua a un barrio entero posee este material. A veces roban un metro de cable y dejan sin agua a cientos de familias”, expresó con preocupación Guraiib.